En la lista de inmuebles de Euskadi, la mayoría de las casas se construyó en la década de los 70; el 60% de los edificios tiene más de 40 años
Para lograr una transición energética eficaz y asequible en costes, es clave implantar medidas pasivas imprescindibles, como el aislamiento de fachadas y/o la renovación de ventanas. Junto a ello, la implantación de medidas activas como la renovación de la caldera de gas, la instalación de aerotermia, la caldera de biomasa centralizada etc., permitirían reducir el consumo de energías primarias del hogar en más de un 60% sumadas a las medidas anteriores. Solo como ejemplo, la instalación de placas fotovoltaicas en cubiertas de edificios puede reducir como media entre un 20 y un 30% de la energía que necesita como media una vivienda o comunidad.